Vacunas: historia de un gran paso para la
sanidad.
A lo
largo de la historia el hombre ha intentado encontrar protección contra
distintas enfermedades. En el campo de la medicina, la vacunación ha supuesto
un antes y después en el modo y calidad de vida de las personas.
Las
primeras conjeturas de vacunación se remontan al siglo VII, cuando indios
practicantes del budismo inhalaban o ingerían veneno de serpiente con el fin de
ser inmunes a su picadura. Sin embargo, es en los textos chinos del siglo X “El espejo dorado de la medicina” y “El tratamiento correcto de la viruela”,
dónde podemos ver los primeros indicios de la vacunación. En estos textos encontramos la explicación de
distintas técnicas en la inoculación de la viruela. La inoculación, es
introducir en una persona por medios
artificiales los virus o bacterias que son los responsables de provocar la
enfermedad [1].
Fig.1. La inoculación,
pulverizar costras desecadas e introducirlas mediante un tubo de bambú por los
orificios nasales, ya se practicaba en China en el siglo XI. (Imagen obtenida delpensante.com)
A
pesar que está inoculación se utilizaba en el Imperio Turco y Asia, en Europa
no hubo conocimiento de la variolización (inoculación de la viruela) hasta
1721, casi 700 años después, cuando la aristócrata inglesa Lady Mary Wortley Montagu
acompañó a su marido embajador al Imperio Turco. Lady Mary, que había sufrido
la pérdida de su hermano por la viruela, mostró un interés especial en la
prevención de esta enfermedad y por ello, a la vuelta de su viaje se trajo a
Inglaterra la práctica de la variolización. A pesar de los prejuicios de la
época, ella misma hizo inocular a sus hijos, demostrando ser así una
revolucionaria para su época [2].
En
1757, el médico escocés Francis Home demuestra que el sarampión, que por
aquella época era una de las enfermedades más comunes en niños de 15 años,
estaba causada por un agente infeccioso que se hallaba en la sangre de los
enfermos. Años más tarde en 1796, fue el
inglés Edward Jenner, quien marcó un antes y un después en la historia de la
vacunación, ganándose el título de “padre de la vacunación”.
¿Sabías qué? El origen de la
palabra VACUNA procede de “vaca” porque
las ordeñadoras que estaban en contacto con vacas enfermas de viruela se
inmunizaban contra la viruela.
Pongámonos
en contexto, a finales del siglo XVIII la viruela, enfermedad provocada por el
virus Variola, fue una plaga que no
tenía ningún tratamiento o cura y que causó muchísimas muertes en Europa y América. La única manera de
prevenir la viruela es la variolización, que consistía en inyectar a un sujeto
sano algo de materia infectada procedente de un paciente con viruela, con la
esperanza de que el sujeto pasara una enfermedad leve y así quedará protegido
frente a ella. Sin embargo, esto no ocurría en todos los casos y mucha gente
seguía falleciendo por la viruela.
Sabiendo esto, Jenner observó que las ordeñadoras adquirían pústulas
(heridas con pus) cuando estaban en contacto con las vacas, que por aquel
entonces tenían la viruela de las vacas o variola
vaccina en latín. Estas personas que sufrían pústulas eran inmunes a la
viruela, es decir, no enfermaban. Con esta premisa, Jenner decidió probar a
inocular la viruela de las vacas en una persona sana. El 14 de mayo de 1796
Jenner llevo a cabo dicho experimento, que se encuentra descrito en su
publicación de 1798 “Investigación sobre
las causas y los efectos de la viruela vacuna”:
“Para observar mejor cómo evolucionaba la
infección, inoculé la viruela vacuna a un niño sano de ocho años. La vacuna
procedía de una pústula del brazo de una ordeñadora, a quien había contagiado
la vaca de su señor….
… el 1 de julio le inyecté materia virulosa
que había extraído con anterioridad de una pústula humana. Se la apliqué
profusamente mediante varios cortes y punturas, pero no dio lugar a ningún
ataque de viruela.
En los brazos aparecieron los mismos síntomas
que provocan las sustancias virulosas en los niños que han sufrido variola o
viruela vacuna. Al cabo de unos meses, le volví a inocular materia virulosa,
que en esta ocasión no produjo ningún efecto visible en el cuerpo”.
E. Jenner
Fig.3. Imagen de la
portada el libro “Una Investigación sobre las Causas y los Efectos de las
Variolae Vaccinae” de Jenner, E. (Imagen obtenida de Axon)
Después
de intentar dar a conocer su éxito, Jenner sufrió constantes rechazos por parte
de la Royal Society y de la Asociación Médica de Londres. Aunque todas las
críticas tachaban el tratamiento de anticristiano, la vacunación acabo
imponiéndose, y Jenner se convirtió en una celebridad hasta que en 1815 se
retiró de la actividad científica. A pesar de los esfuerzos de Jenner, y de que
el desarrollo de la vacuna de la viruela evitara numerosas muertes, la viruela
estuvo presente en África y Asia mucho tiempo después. Fue en 1966 cuando
comienza el Programa de Erradicación de la Viruela por la Organización Mundial
de la Salud (OMS). Y es en 1980, 24 años después del programa de vacunación se
declaró oficialmente erradicada, convirtiéndose así en la primera enfermedad
oficialmente eliminada de nuestro planeta [3,4].
Fig.4. Fotografía de Janet
Parker conocida como la última persona registrada en morir contagiada de
viruela el 11 de septiembre de 1978, por fallos en la seguridad de un
laboratorio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Birmingham. (Imagen obtenida de Noticiaaldia)
La
historia de la vacunación no termina aquí, el descubrimiento de Jenner fue tan
revolucionario que el rey Carlos IV de España mandó al médico real Francisco
Xavier de Balmis a las colonias españolas en el Nuevo Mundo, en la llamada
“Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”. El 30 de noviembre de 1803 el
navío María Pita salió del puerto de La Coruña con 22 niños desamparados, con el fin de ir vacunándolos a
lo largo del viaje, de tal manera que hubiera pústulas en todo momento. Además
de los niños, cabe destacar la presencia en el barco de Isabel Zendal,
reconocida por la OMS como la primera
enfermera de la historia.
Cuando
la expedición llegó a Caracas, sólo uno de esos niños tenía pústulas, pero aun
así Balmis inició la vacunación en Sudamérica, en la que es considerada la “primera
expedición sanitaria internacional de la historia”. Tan importante fue la ayuda
de Balmis, que conociendo que la vacuna no había alcanzado China, éste se fue a
vacunar a la población de varias ciudades hasta llegar a la provincia de Cantón
[5].
“No puedo imaginar que en los anales de la
Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que
este”
E. Jenner
Fig.5. Mapa de las
distintas expediciones en las que Balmis y distintos médicos que viajaron con
él, fueron introduciendo la variolización en el “Nuevo Mundo”.
Obviamente
este es un resumen, pero si contáis con la curiosidad de saber más detalles
sobre la expedición de Balmis, la televisión española (TVE) realizó una serie
llamada “22 Ángeles” en el que cuenta la expedición de manera más entretenida
que los simples textos.
Si
seguimos avanzando en la historia, a finales del siglo XIX se realizaron
importantes logros en el campo de la microbiología y de la inmunología. Alguno
de estos logros fueron llevados a cabo por Louis Pasteur, que además de ser el
padre de “pasteurización” (aplicada hoy en día como norma de higiene en la
industria alimentaria), fue el primero en producir una vacuna desarrollada en
un laboratorio: la vacuna contra el cólera aviar. Pasteur debilitó por
accidente las bacterias (un asistente se olvidó de cultivarlas en fresco) que
inyectaba en pollos para estudiar la enfermedad del cólera aviar. Cuando los
pollos sobrevivieron a la vacuna con las bacterias “débiles” o atenuadas, cosa
que no pasaba con las bacterias en fresco, Pasteur pensó que el factor que hizo
que la bacteria fuera menos mortal había sido la exposición al oxígeno [1].
La
tuberculosis era otra de las enfermedades que junto con la viruela y el cólera,
causaba una gran mortalidad en la población. En microbiología, siempre nos
hablan de Robert Koch y su “bacilo de Koch” (1882) como uno de los principales
pioneros en este campo. En 1905 Koch
ganó el premio Nobel en fisiología/medicina por su investigación en la tuberculosis. Al final el “bacilo de Koch”
sería conocido como Mycobacterium
tuberculosis, responsable de la tuberculosis. Sólo tres años después de
este descubrimiento, en 1885 ocurrieron dos grandes hechos históricos: la
vacuna contra el cólera de Ferrán y el uso de la vacuna de la rabia en humanos.
El primero de estos hechos se le otorga a Jaume Ferran i Clua, este médico desarrolló
una vacuna contra el cólera aplicada con éxito en la epidemia de la región valenciana. Sin embargo, esta
vacuna suscitó una fuerte oposición, hasta que finalmente su efectividad fue
reconocida por la Academia de Ciencias de París, que le concedió en 1907 el
Premio Bréant. El otro gran hito vuelve a estar en manos de Pasteur, vacunó 13
veces a un niño de nueve años que había sido mordido por un perro. Gracias a esto
el niño nunca desarrolló la rabia, y su caso se consideró un éxito [6].
Está
claro que la velocidad de los hallazgos en el tratamiento de las enfermedades
era cada vez mayor. En 1890 Shibasaburo Kitasato y Emil Von Behring demostraron
que los sueros obtenidos de los conejos contenían una sustancia que prevenía la
difteria, otra de las grandes plagas de la humanidad. Posteriormente,
demostraron que se podía curar la difteria si inyectaban el suero de un animal
vacunado, a esto lo denominaron la “terapia
sérica”. En 1901 Von Behring recibió el premio Nobel de medicina debido a
su trabajo con la difteria. Como en muchos otros descubrimientos de la historia
de la medicina, en la década de 1890 distintos investigadores analizaban al
mismo tiempo los procesos para crear la protección contra la fiebre tifoidea.
En Alemania, Richard Pfeiffer y Wilhelm Kolle demostraron que la inoculación de
bacterias tifoideas muertas tenía como resultado la inmunidad humana contra la
fiebre tifoidea. Ese mismo año, Almroth E. Wright demostró lo mismo en
Inglaterra. Pero no fue hasta 1981, un siglo después, cuando se reconoció que
Wright y Pfeiffer deberían haber compartido el crédito de la vacuna [7].
Durante
los siguientes años ocurrieron distintos hitos históricos en la historia de la
vacunación. Hay que destacar al médico del ejército de EE.UU, Jesse Lazear
(dirigido por Walter Reed) que realizó experimentos que corroboraron la teoría
expuesta por primera vez en 1881 por el cubano Carlos Finlay, la fiebre
amarilla se transmitía por los mosquitos. Otro de los hitos importantes de la
vacunación, fue el descubrimiento de la vacuna contra la tuberculosis. Para
evitar confusiones, Koch descubrió el bacilo, como se menciona anteriormente,
pero la vacuna no fue descubierta hasta
1921 por Albert Calmette y Camile Guerin. Hoy en día, además de ser usada como
medio de prevención de la tuberculosis, la vacuna BacillusCalmetteGuerin (BCG)
se emplea como tratamiento en la prevención de reaparición tumoral en el cáncer
de vejiga. En Francia, Gaston Ramon un veterinario del Instituto Pasteur,
desarrolló el toxoide de la difteria. De manera independiente, en los Wellcome Research
Laboratories de Londres, el doctor Alexander Thomas Glenny hizo lo mismo en
1923 [1,7].
Seguro
que si se menciona el nombre de Balto, se viene a la cabeza el perro de la
famosa película de dibujos animados “Balto: la leyenda del perro esquimal”,
basada en un hecho histórico que no se puede dejar pasar. En 1925 Alaska sufrió
un brote de difteria, Curtis Welch, un médico de Nome (Alaska), envió un
telegrama solicitando la entrega de antitoxinas por correo. El envío de estas
toxinas se tendría que realizar en trineo tirado por perros para llegar a Nome,
y el viaje no fue fácil, los perros tuvieron que luchar contra las bajas
temperaturas, hubo que hacer paradas técnicas para mantener caliente el suero.
Por su gran esfuerzo, Togo y Balto, dos de los perros de trineo, recibieron
atención nacional. Una estatua de Balto sigue en pie en Central Park en la
ciudad de Nueva York [7].
A
partir de aquí la lista de vacunas se amplía hasta conseguir lo que entendemos
hoy en día como “calendario de vacunación”. Destacando por su importancia la
vacuna contra la fiebre amarilla (Theiler, 1936), tos ferina (Kendrik y
Elderding, 1939), poliomielitis (Salk, 1955), sarampión (Enders, 1960), rubéola
(Séller, 1962), paperas (Hilleman,
1965), gripe (Hilleman, 1968), varicela (Takahashi, 1974), meningitis
(Hilleman, 1974),hepatitis B (Hilleman, 1979), hepatitis A (Hilleman, 1995) y
el virus de papiloma humano (Merck, 2006) [1,7].
Desde
el inicio de la vacunación, han existido grupos o movimientos en contra de
esta práctica. Uno de estos movimientos fue la creación de la Sociedad
Anti-Vacunación de América en 1879, y la
Liga Anti-Vacunación de Nueva York en 1885. En noviembre de 1904, en respuesta
a una campaña pública de vacunación, ciudadanos y cadetes militares de Rio de
Janeiro se levantaron en la Revolta da Vacina. Los disturbios empezaron el
día en que la ley de vacunación entró en vigor. Más recientemente, algunas
actuaciones de movimientos anti-vacunas han llevado a un rebrote en el número de
casos de determinadas enfermedades infecciosas. Un ejemplo lo tenemos en
Europa, dónde el sarampión está cada vez más extendido como consecuencia de la
falta de vacunación. Otro ejemplo es lo sucedido en Nigeria, donde los líderes religiosos recomendaron la
no-vacunación de la poliomielitis, hecho que ha tenido como consecuencia la
reaparición de esta enfermedad en países libres de poliomielitis [7,8].
En
el informe de la OMS de 2019, dónde se enumeran los diez problemas de atención
en salud, destaca la renuencia o reticencia a vacunarse. La vacunación previene
de 2 a 3 millones de muertes por año y podrían evitarse otros 1.5 millones si
se mejorara la cobertura mundial de vacunas [9].
El
mundo se ha enfrentado y se enfrenta a múltiples retos de salud. Las vacunas
son una de las herramientas esenciales de la salud pública, con grandes
beneficios para la salud y el bienestar de la población. No desperdiciemos lo
que muchos han tardado siglos en conseguir.
Referencias:
[1]
Berdasquera Corcho, D; Cruz Martínez, G; Suárez Larreinaga, C.L. 2007. (2000).
La vacunación: Antecedentes históricos en el mundo. Revista Cubana de Medicina General Integral. 16. 375-378.
[2]
Dinc, G; Ulman YI. 2007. The introduction of variolation 'A La Turca' to the
West by Lady Mary Montagu and Turkey's contribution to this. Vaccine, 25(21):4261-5.
[3]
Riedel, S.2005. Edward Jenner and the History of Smallpox and Vaccination. Proceedings (Baylor University.Medical
Center), 18(1), 21-5.
[4]
Bazin, H. 2000. The Eradication of Smallpox 1st Edition, Edward Jenner and The
First and Only Eradication of a Human Infectious Disease. Academic Press. ISBN 978-0-12-083475-4.
[5]
Tuells, J. 2002. Francisco Xavier Balmis (1753–1819), a pioneer of
international vaccination. J Epidemiol
Community Health. 56(11): 802.
[6]
Metchnikoff, E.2006. The Founders of Modern Medicine: Pasteur, Koch,
Lister. Delanco, N.J. The Classics of Medicine Library Division of
Gryphon Editions.
[7] The
College of physicians of Philadelphia. The
History of vaccines (https://www.historyofvaccines.org/). Consultado en
Enero 2019.
[8]
López Santamaría, M.A. (2015). Los
movimientos antivacunación y su presencia en internet. Ene, 9(3) https://dx.doi.org/10.4321/S1988-348X2015000300011
[9]
WHO. 2019.Ten threats to global health in
2019 (https://www.who.int/es/emergencies/ten-threats-to-global-health-in-2019). Consultado en
Enero 2019.
Carolina Rubio Martín
Graduada
en Biología, especialidad Microbiología.
Investigador
Pre-Doctoral en el Departamento de Oncología Molecular en el Centro de
Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
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