Nuclear: la energía del futuro.
Es el
año 2050, la mayoría de las personas del mundo viven en grandes ciudades.
Coches totalmente eléctricos y autónomos circulan por las calles, casas
inteligentes, y este verano te esperan tus primeras vacaciones en el espacio.
Este es el futuro parece sacado de una película de ciencia ficción, pero como
sabes, la realidad supera a la ficción. Solo nos separan 31 años de este
escenario futurista que muchos imaginamos y esperamos. No son ideas disparatadas,
como dijo DeGrasse Tyson hace solo 20 años que pensábamos que las nubes se
encontraban únicamente en el cielo y ahora todo el conocimiento de la humanidad,
conocido hasta la fecha, es albergado en una nube digital.
El
progreso y la tecnología están en constante evolución y no se van a detener.
Las demandas energéticas de semejantes avances han de ser satisfechas con las
más innovadoras fuentes de energía. Entre las que se encuentra la nueva
generación de energía nuclear, los nuevos diseños de reactores de fisión nuclear que darán tiempo para
poder desarrollar los futuros reactores de fusión.
Los
nuevos diseños de reactores de fisión deben promover la disponibilidad de
sistemas y suministro a corto y largo plazo, y el aprovechamiento de
combustible para la producción de energía en todo el mundo.
La
fusión, por su parte, ha sido denominada el 'santo grial' de la tecnología
energética, teniendo un gran potencial para ayudar a hacer frente al desafío
energético. La fusión nuclear está siendo ampliamente estudiada en todo el
mundo como la energía del futuro.
Estas
tecnologías no serán las únicas del futuro, las renovables sin duda estarán
presentes en el mercado energético, pero supondrán la única alternativa
energética capaz de suministrar la energía necesaria, de la que el ser humano
podrá disponer con seguridad y abundancia, de varios órdenes de magnitud
superior a cualquier otra.
En
este capítulo se pretende aportar al lector una visión general, tanto de las
nuevas tecnologías de fisión como las futuras plantas de fusión.
La
fisión nuclear ocurre cuando un núcleo de un átomo pesado captura un neutrón y
se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros (productos de fisión),
emitiendo grandes cantidades de energía. El calor generado mediante la fisión
genera vapor que moverá la turbina para producir el movimiento de alternadores que
transforman dicho trabajo mecánico en energía eléctrica en una
central nuclear.
En
este momento, gran parte del parque nuclear de todo el mundo va a desmantelase
y es preciso establecer un programa de nuevas instalaciones, las centrales del
futuro. Estas centrales suponen un salto tecnológico y ya existen nuevos
reactores instalados bajo el concepto de Generación III/III+, aunque otro grupo
de reactores están en desarrollo, denominados Generación IV. Para estos últimos
es necesario invertir tiempo y recursos en investigación de los diseños.
Estos
reactores se basan en una serie de nuevos principios entre los que se
encuentran: la sostenibilidad, economía, seguridad y fiabilidad. Los diseños
destacan por su seguridad y fiabilidad, reduciendo al mínimo la probabilidad de
daños en el núcleo del reactor y eliminar la necesidad de adoptar medidas de
emergencia de fuera de la planta.
Las
centrales de Generación III y III+ son una evolución basada en la experiencia
adquirida de las centrales previas de Generación II. Estas mejoras afectan
sobre todo a los sistemas de seguridad, operatividad y fiabilidad de las
centrales y su estandarización. Las medidas de seguridad implementadas son
sistemas de seguridad pasivos, cuyo funcionamiento se debe a fenómenos físicos
como la gravedad sin necesidad de ningún tipo de energía eléctrica externa, y
que actúan solos cuando la central se desvía de su modo normal de operación. Estas
centrales ya están en construcción o funcionando en numerosos emplazamientos.
Las
centrales de Generación IV, a diferencia de las centrales de Generación III,
engloban nuevos diseños, pero sin olvidar las lecciones aprendidas de las
centrales previas. Estos reactores utilizarán otro tipo de refrigerante a parte
de agua, como el sodio o el helio, y serán capaces de utilizar como combustible
el combustible usado en las plantas que están en funcionamiento actualmente, lo
que se denomina ciclo cerrado de combustible para la conversión eficiente de
los residuos. No solo se podrán utilizar en generación eléctrica, sino que
también se podrán aplicar en otros muchos campos como en la generación de
hidrógeno, sistemas de transporte, exploración espacial o para generación
térmica. En la Figura 1 se
pueden observar los esquemas y diagramas de las nuevas plantas de fisión.
Estos
diseños no están en desarrollo actualmente ya que plantean grandes desafíos que
están en fase de investigación sobre todo en materiales y combustible. Algunos
de estos diseños de reactores podrían ver la luz en la próxima década, con
despliegue comercial a partir de 2030.Tanto Francia como Rusia están
desarrollando diseños avanzados de reactores rápidos de sodio para
demostraciones a corto plazo. También se espera que se construya un prototipo
de reactor rápido en Rusia en el marco de tiempo de 2020.
Existen
también otro tipo de reactores nucleares denominados reactores modulares
pequeños. En la Figura 2 se
puede observar un prototipo de estos nuevos reactores, en los que el reactor, contención
y sistemas están localizados en un mismo módulo, lo que proporciona mayor
seguridad ante posibles incidentes. Estos reactores se abrirán camino en el
mercado para satisfacer la necesidad energética en un futuro a corto plazo y
serán capaces de generar electricidad de forma flexible y asequible a todos los
rincones del planeta para una variedad más amplia de usuarios y aplicaciones.
Estos reactores modulares pueden desplegarse como central de un solo módulo o
de varios módulos, ofreciendo la posibilidad de combinar la energía nuclear con
fuentes de energía alternativas, incluida la energía renovable.
Fusión Nuclear.
La
fusión nuclear es la energía de las estrellas, la energía de nuestro sol. En su
núcleo se producen reacciones de fusión de núcleos de hidrogeno para formar
helio, liberando en el proceso grandes cantidades de energía electromagnética
que llegan a nuestro planeta en forma de luz y calor.
Hace
más de 50 años comenzó la investigación en fusión nuclear, pero todavía no se
ha conseguido desarrollar un método capaz de generar fusiones nucleares en una
tasa lo suficientemente alta para que la energía producida pueda ser utilizada
para generación eléctrica con fines civiles.
La
fusión nuclear es la reacción nuclear por la que dos núcleos de átomos ligeros,
en general hidrógeno o sus isotopos (deuterio y tritio) se unen para formar uno
de mayor peso atómico, convirtiéndose parte de la masa de los reactivos en
energía.
La
opción de combustible más utilizada y la más viable hasta la fecha es la
reacción de deuterio y tritio. El deuterio es un isótopo del hidrógeno que se
encuentra de manera natural, pudiéndose extraer de la molécula de agua, por lo
que los océanos serían una fuente casi inagotable de este producto. El tritio
por su parte es un isótopo artificial y por tanto debe ser producido a partir
de irradiación neutrónica de litio.
Para
obtener reacciones de fusión se debe crear un medio tan denso que los núcleos
no tengan casi ninguna posibilidad de escapar, superando las fuerzas de
repulsión, y se fusionen entre sí. La primera de las dificultades encontradas
para su desarrollo es que el proceso se debe iniciar mediante un gran aporte
energético. Otras de las dificultades para producir reacciones de fusión en una
tasa elevada, es que el combustible ha de ser confinado, comprimido y calentado
hasta alcanzar un estado de plasma, compuesto por electrones libres y átomos
ionizados, con temperaturas de millones de grados y presiones del orden de Mbar
(un millón de veces la presión atmosférica). Las condiciones para la obtención
de la fusión nuclear se resumen en una combinación adecuada de temperaturas,
densidades y confinamiento que se denominan criterio de Lawson.
Un
plasma siempre tiende a expandirse libremente como lo hace un gas, que tiende a
ocupar la totalidad del recipiente donde está contenido. En la cavidad de un
reactor de fusión nuclear es necesario garantizar el confinamiento y control
del plasma el tiempo necesario para que se produzca la reacción, para ello es
necesario lograr una densidad del plasma para que los núcleos estén cerca y
puedan dar lugar a las reacciones de fusión. Sin embargo, los confinamientos
convencionales, con paredes de vasija, no son factibles debido a las altas
temperaturas del plasma. Por lo tanto, para confinar el plasma se necesita
invertir energía en mantenerlo en unas determinadas condiciones de presión,
densidad y temperatura. Hay dos métodos posibles de confinamiento del plasma:
fusión por confinamiento inercial, y fusión por confinamiento magnético. En el
primero tipo, una diminuta cápsula de combustible se comprime mediante láseres
de gran potencia, de manera que el plasma se confina durante muy poco tiempo,
pero a densidades extremadamente altas. En el confinamiento magnético, un
plasma de baja densidad se confina mediante campos magnéticos que lo mantienen
en trayectorias cerradas. En este tipo de confinamiento existen dos diseños:
los Tokamak, con forma toroidal, y los Stellarators, con forma helicoidal más
compleja.
Vamos
a explicar con más detalle cada uno de los tipos de confinamiento, las posibles
centrales del futuro y los retos a los que se tendrá que hacer frente para
hacerlas posible.
Fusión por Confinamiento Inercial (FCI).
En el
proceso de ignición en la fusión por confinamiento inercial, una cápsula de combustible
(deuterio y tritio), se comprime por la aceleración que sufre debido a la
absorción de gran cantidad de energía, provocando que su parte exterior se
evaporare y que, por conservación del momento cinético, la parte interior se
vea empujada hacia dentro, comprimiéndose y calentándose.
La
cápsula de combustible se denomina “blanco de fusión” con un diámetro de unos
milímetros, que contiene en su interior el combustible. La parte exterior de la
cápsula se denomina ablator y la interior pusher debido a la función que
cumplen cada uno en el proceso. En la Figura 3 se
puede ver el diagrama de la cápsula y donde está contenida, así como el tamaño
de estas en comparación con la pupila humana.
La
energía necesaria para la ignición se deposita mediante una fuente denominada
sistema accionador o driver, que consigue que la cápsula pase a estado de
plasma y parte del combustible comience a fusionar. En este caso, este sistema
accionador se compone por un sistema de láseres. Por ejemplo, en la instalación
de prácticas NIF (National Ignition Facility) en EE. UU, el sistema de láseres
consta de 192 haces de láser, capaces de generar 2.1 Mega Julios de potencia,
récord batido en julio de 2018.
Estos
láseres hacen blanco en la cápsula de combustible en una cámara, denominada
cámara de blancos, de forma esférica con 10 metros de altura. En la Figura 4 se
puede ver el exterior de dicha cámara con el sistema de láseres apuntando hacia
el interior de esta. En la siguiente figura, Figura 5, se
tiene una visión del interior de la cámara de blancos, donde se observan los
agujeros de los 192 láseres que apuntan hacia el centro de esta.
El
objetivo a largo plazo es que en una hipotética central de fusión inercial se
produciría un ritmo constante de igniciones de cápsulas en la cámara de blancos.
Los neutrones calentarían la cámara y está energía a su vez se transferiría a
un refrigerante situado en las paredes, siendo un ciclo de producción de
energía similar al de cualquier central de producción eléctrica actual que
opera con una turbina.
Actualmente,
no está disponible ningún ejemplo de planta de potencia para uso civil o
comercial, solo se encuentran instalaciones de investigación. La instalación de
prueba más avanzada de un reactor de fusión por confinamiento inercial es el
National Ignition Facility (NIF), construida en el Laboratorio Nacional
Lawrence Livermore (LLNL) en EE. UU y Laser MegaJoule en Francia operativa
desde octubre 2018. El NIF está diseñado para la demostración de producción de
energía de fusión con un disparo simple, es decir, demostración de ganancia de
energía con un solo blanco. Las figuras, Figura 3-5, muestran la instalación
experimental NIF. La tarea principal de la instalación Laser MegaJoule son los
cálculos de refinamiento para la fusión por confinamiento inercial. La
instalación consta de 240 tubos de láseres capaces de generar 1,8 MJ. En
la actualidad, se ha terminado la fase de construcción de la instalación que
tendrá fines militares únicamente, aunque se dejará la realización de algún
experimento civil (Fig. 6), la instalación se
localiza en el sur de Francia en un emplazamiento secreto.
Fig.6. Izquierda: Vista
del interior de la cámara de blancos. Derecha: imagen de la planta de
investigación de Laser MegaJoule en Francia. (Fotos © CEA)
La
prolongación natural de un proyecto como el NIF seria que las condiciones de un
solo disparo, el uso de un único blanco, se produjeran de forma repetitiva
tanto en el sistema de láser como el de inyección de blanco. El objetivo de
dicha instalación sería la capacidad de producir energía y producir tritio como
parte de un ciclo cerrado de producción de combustible y poder tener todo lo
necesario para una planta de fusión operativa en el mismo emplazamiento. Este
nuevo proyecto, también desarrollado por el laboratorio LLNL, se denomina
Inertial Fusion Engine (LIFE). Se ha desarrollado un diseño de sistemas para
LIFE, ver boceto de la Figura 7 para
la planta LIFE, que podría llevar a una central eléctrica operativa a mediados
de la década del 2020 y distribución de energía generada por fusión en la
década de 2030. Aunque todavía queda mucho trabajo de desarrollo técnico por
delante.
Al
otro lado del océano se encuentra la instalación HiPER (High Power laser Energy
Research, Investigación sobre Energía con Láseres de Alta Potencia) que
permitirá a Europa tomar el liderazgo en cuanto al desarrollo de la obtención
masiva de energía por fusión Inercial. Este proyecto tiene como principal
objetivo un enfoque para la producción de energía a nivel de planta comercial.
Para ello se ha de pasar de la demostración de laboratorio con un sistema más
eficiente de compresión y calentamiento a soluciones tecnológicas más avanzadas
en materiales y, al igual que LIFE, con un sistema repetitivo de blancos. Este
nuevo enfoque establecerá una línea temporal a largo plazo para la generación
de energía en condiciones de reactor o planta de potencia de uso civil. En la
Figura 8 se
puede ver el diseño de la planta de reactor HiPER, la instalación se encuentra
en la fase de diseño y evaluación de tecnología con una fecha de comienzo de
construcción no antes del 2025.
Las
mayores diferencias entre el proyecto LIFE y el proyecto HiPER son en el tipo
de blanco utilizado y la protección interna de las paredes del reactor, la
cámara de blancos.
LIFE
utilizará los denominados blancos indirectos como los de NIF. En estos blancos,
la esfera de combustible esta introducida en una cápsula (ver Figura 3).
La energía láser no se deposita directamente sobre la esfera de combustible,
sino que primero se convierten en rayos X en las paredes internas de una
cápsula. Estos rayos X comprimen y calientan el combustible hasta su ignición.
Este tipo de blancos son menos eficientes, pero están más desarrollados y
tienen menos inestabilidades a la hora de la compresión del combustible. HiPER
utiliza los denominados blancos directos, en los que la energía del láser se
deposita directamente en la esfera de combustible.
La
segunda diferencia está en el revestimiento del reactor. Esta diferencia nace
también de la diferencia de blancos utilizados. En ambos blancos el 70% de la
energía de fusión es emitida en forma de neutrones energéticos. Mientras que en
los blancos indirectos (LIFE) el 30% restante es fundamentalmente radiación X,
en los blancos directos (HiPER) ese 30% son iones rápidos. Esta diferencia hace
que se utilicen diferentes modelos de paredes de reactor en ambos casos: en el
caso de LIFE, para contrarrestar el efecto de los rayos X, la cámara se llenará
de gas Xe que absorberá la energía y la depositará sobre las paredes; y en el
caso de HiPER, la pared del reactor constará de una pared interna de
wolframio que hará de escudo protector.
Fusión por Confinamiento Magnético (FCM).
Como se
ha descrito en la introducción, para alcanzar la ignición se requiere producir
y mantener un plasma confinado durante el tiempo suficiente y bajo las
condiciones necesarias como para que se produzca un número suficiente de
reacciones de fusión. Una de las opciones para conseguirlo es el denominado confinamiento
magnético.
En
el confinamiento magnético, el combustible es calentado de manera que los
choques entre partículas son producidos por agitación térmica. Las partículas
eléctricamente cargadas del plasma son controladas mediante campos magnéticos.
A lo largo de estas líneas de campo magnético, las partículas deben moverse
describiendo hélices. Las líneas se cierran sobre sí mismas, contenidas en una
región limitada de espacio, las partículas quedarán confinadas en densidades no
tan elevadas, pero durante más tiempo por lo que se podrán conseguir más
reacciones de fusión. La fuerza de Lorentz es la encargada de desviar la
trayectoria de las partículas del plasma y mantenerlas en el sistema. Debido a
las fuerzas electromagnéticas implicadas, no es suficiente el campo toroidal
para confinar el plasma, y se hace preciso modificar éste con una componente
poloidal. Es en el método seguido para generar esta componente donde reside la
principal diferencia entre las dos tecnologías principales: el Tokamak y el Stellarator.
En
la Figura 9 se
muestran un esquema de las dos tecnologías, en la izquierda el Tokamak y en la
derecha el Stellarator, donde se observan a simple vista las diferencias entre
ambos sistemas. Los primeros modelos de fusión magnética desarrollados fueron
los norteamericanos Stellarator con un campo generado directamente en un
reactor toroidal, con el problema de que el plasma se filtraba entre las líneas
del campo. El dispositivo más desarrollado para fusión por confinamiento
magnético es el diseño Tokamak. Sin embargo, el mayor reactor de este tipo, el
JET (Joint European Torus, 'Toro Común Europeo') no ha logrado mantener una
mezcla a la temperatura (1 millón de grados) y presiones necesarias para que se
mantuviera la reacción a largo plazo. Situado en UK, JET es el resultado del
consorcio de más de 40 laboratorios europeos. Se estima que estará operativo
hasta finales de 2019. Diseñado expresamente para estudiar el comportamiento
del plasma en condiciones cercanas a las necesarias en un reactor. Produjo su
primer plasma en 1983, y su mayor hito fue cuando consiguió la fusión nuclear
controlada en 1997 (17 MW en un segundo). Este reactor ha sido modificado, como
se puede ver en la Figura 10,
para asemejarse al que será el próximo gran proyecto de fusión por
confinamiento magnético, el ITER, explicado a continuación.
Fig.9. Diagrama de los
reactores de fusión por confinamiento magnético. Izquierda el diseño ruso Tokamak
y derecha el diseño norteamericano, Stellarator.
Desde
1986, en un esfuerzo internacional para lograr la fusión, se ha comprometido la
creación del mayor reactor de fusión tipo Tokamak, denominado ITER (Reactor
Termonuclear Experimental Internacional), proyecto liderado por la Unión
Europea y en el que participan 35 naciones incluida EE.UU., Rusia, Japón, India,
Corea del Sur y Suiza.
En
la actualidad ya se han alcanzado las temperaturas y densidades necesarias para
producir fusión en los tokamaks existentes, pero la ganancia de energía está
limitada por el tamaño de las instalaciones. A mayor envergadura, mayor será la
ganancia de energía y ese es el objetivo de ITER, el cual tendrá dos veces el
tamaño de JET (el Tokamak con mayor tamaño hasta ITER). ITER se está
construyendo desde el 2010 en el sur de Francia en Cadarache y se espera que
obtenga su primer plasma en 2035.
Fig.10. Vista interior
del Tokamak europeo JET, donde se está mejorado la pared y el desviador para
asemejarlos a ITER. (Foto © iter.org)
El
objetivo de ITER es producir unos 500 MW, usando 50 MW para la ignición de un
gramo de combustible de tritio durante al menos unos 500 s.
En la Figura 11 se
muestra un diagrama del reactor ITER. Este reactor sigue siendo un reactor
experimental, es decir, no está destinado a producir energía de modo continuo
para su distribución a la red eléctrica.
Para
lograr la generación de energía se necesitaría construir otro prototipo de
reactor comercial. Este proyecto se llama DEMO (DEMOnstration Power Plant).
Este proyecto tiene como fin la producción de energía en modo continuo, se
espera que pueda producir 1.5GW de energía eléctrica (un reactor de fisión
actual genera entorno a los 900MW). Su construcción está prevista que comience
alrededor de 2030, para estar en operación en 2040 y cumplir sus objetivos
antes del 2050. El diseño de DEMO no ha sido seleccionado formalmente, se
basará en las lecciones aprendidas en cuanto a física y tecnología validada en
ITER anteriormente. Los principales objetivos de DEMO serían: la producción de
energía con conexión a la red eléctrica, obtener la cantidad de tritio
necesaria para cerrar el ciclo de combustible y demostrar toda la tecnología
para la construcción de futuras centrales comerciales.
Una
vez sentadas las bases para futuros reactores comerciales se necesitarán
diseños para esos reactores de futuro, ahí entra PROTO (PROTOtype Power Plant),
el primer prototipo de reactor comercial de fusión comercial, aunque no está
diseñado en detalle, la propuesta se basa en simultanear la construcción de un
proyecto combinado DEMO/PROTO con ITER. Se introducirían mejoras en ITER y se
diseñaría DEMO de tal forma que permitiera su transformación a PROTO sin
necesidad de otro proyecto por separado
Retos por cumplir.
Para
demostrar la viabilidad de la fusión, tanto por confinamiento inercial como por
confinamiento magnético es necesario todavía un gran desarrollo de la
tecnología e ingeniería relacionada con materiales, códigos, diseños, etc.
Actualmente existen numerosos proyectos en marcha con este propósito, como por
ejemplo el caso de IFMIF (International Fusion Material Irradiation Facility).
IFMIF forma parte de los programas internacionales para la consecución de
la fusión como fuente de energía y tiene como objetivo el reproducir las mismas
condiciones de radiación duras del interior de un reactor de fusión por
confinamiento magnético para la validación y estudio de materiales para un
futuro reactor de fusión. Esta planta se considera clave para poder diseñar
DEMO en base no solo a la información obtenida en ITER sino también en base la
información obtenida sobre el comportamiento de los materiales bajo la radiación
neutrónica esperada.
Las
instalaciones experimentales, tanto ITER como NIF, permitirán además de
demostrar que es posible dominar la física de la fusión nuclear en los dos
caminos termonucleares posibles, disponer de un banco de pruebas para el desarrollo
de las nuevas tecnologías que sustenten un reactor de fusión a nivel comercial.
Se necesita también ir dando los pasos necesarios para diseñar y demostrar los
sistemas que compondrán dichos reactores de potencia.
Algunos de los retos a los que hay que hacer
frente para lograr las plantas de potencia, tanto inercial como magnética,
están mencionados brevemente a continuación:
-Tecnología eficiente
de los superconductores que generarán los campos magnéticos deseados en la FCM.
-La consecución de largos
tiempos de confinamiento que lleven a un plasma con suficientes reacciones de
fusión.
-Obtener unos blancos
de alta ganancia con energía generada por FCI del orden de 50 a 1000 veces
mayor que aquella proporcionada por los láseres.
-Los materiales capaces
de aguantar las cargas térmicas y las altas dosis de radiación.
-Diseño y elección
final del manto reproductor de tritio para poder regenerar tritio que alcance
no solo a reponer lo gastado, sino producir al menos un 20% más.
-Fabricación de
blancos de bajo coste.
-Cámara de reacción
de larga vida operativa.
-Definición y
establecimiento de los niveles de radiactividad en los diversos puntos del
sistema.
Solo
destacar que algunos de los objetivos en el área de tecnología del reactor de
potencia como la cuestión de materiales, tritio o sistemas de planta son
comunes a ambas tecnologías de fusión.
Punto final.
¿Merece
la pena?, ¿merece la pena todo el esfuerzo e inversión en estas nuevas
tecnologías? La contestación a esta pregunta es sencilla, SI. Merece la pena
toda la investigación que se está llevando a cabo para poder resolver el
problema que amenaza las sociedades del siglo XXI y posteriores, la falta de
suministro eléctrico.
Los
nuevos reactores de fisión y las futuras plantas de fusión nuclear, en una u
otra de sus versiones tecnológicas, son la opción más clara para el futuro del
abastecimiento energético de una sociedad que cada vez demanda y demandará más
energía.
Sin
olvidarnos claro está de otro tipo de energías, como las energías renovables
que tendrán un papel fundamental en nuestro futuro energético esperando un
incremento de su uso que pasará de un 25% actualmente a 37% en 2040.
Se debe asumir un modelo de generación
eléctrica que debe combinar diferentes fuentes de energía sostenibles con el
medio ambiente (nuclear y renovable) con una óptima red de distribución. Así se
asegurará el suministro de energía necesario para ver el futuro que todos
esperamos.
Referencias:
[1] Jóvenes
Nucleares. Sociedad Nuclear Española. Curso básico de Fusión Nuclear.
Septiembre de 2017, Madrid. ISBN: 978-84-697-5718-5
[2] Jóvenes
Nucleares. Sociedad Nuclear Española. Curso Básico de Ciencia y Tecnología
Nuclear. Depósito legal: M-24599-2013
[3] Advances
in Small Modular Reactor Technology Developments. IAEA Advanced Reactors
Information System (ARIS). IAEA. 2018 Edition
[4] Reactores
de fisión avanzados: http://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/nuclear-power-reactors/advanced-nuclear-power-reactors.aspx
[5] Reactores
de fisión de Generación IV: http://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/nuclear-power-reactors/generation-iv-nuclear-reactors.aspx, https://www.gen-4.org/gif/jcms/c_9260/public
Emma López-Alonso
Conty
Doctora en Ciencia y
Tecnología Nuclear.
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